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Me resulta interesante escuchar a las personas hablar sobre la inteligencia. Pareciera, que la concepción que tenemos sobre esta habilidad es relacionada a su innata naturaleza y limitada oportunidad para desarrollarla. Si bien, el concepto de “inteligencia” se ha vuelto más amplio desde el siglo pasado con la aparición de la teoría de inteligencias múltiples, la connotación -mayormente negativa- que gira alrededor de la inteligencia lógico-matemática no ha cambiado mucho.
Es común encontrar en nuestro camino personas que utilizan frases como “Lo mío no son los números”, “estudié esa carrera por que no tenía matemáticas”, “no sé por qué nos enseñan eso en la escuela, jamás lo aplicaré”, “definitivamente no es lo mío, las humanidades son más sencillas”, entre otras frases que seguramente has escuchado.
Sin embargo, la inteligencia lógico- matemática más allá de ser fórmulas y números, es el principio para “aprender a pensar” y una de las características del pensamiento desarrollado, lo que me lleva a afirmar que es una habilidad necesaria para el éxito.
Probablemente en este punto he perdido el interés de algunos o quizá herí a otros, pero antes de iniciar este debate, me gustaría explicar el porqué de mi hipótesis.
Esta inteligencia se caracteriza por la resolución de problemas a través de las relaciones que encontramos entre números, además de requerir el uso de normas de sistemas formales. Aunque nuestras experiencias remiten sensaciones como la angustia al presentarnos números y tener que resolverlos con una fórmula que probablemente no entendemos, estos ejercicios, que desde nuestra infancia marcaron, en su mayoría, un desagrado para gran parte de la población (al menos en México), son los principios para ordenar nuestros pensamientos, reconocer conexiones y predecir comportamientos, es decir, pensar de una manera más análitica y un poco más coherente.
Es bueno destacar que el éxito es la suma de múltiples variables, y que definitivamente, no existe una fórmula exacta. No obstante, pensar de una manera más ordenada nos llevará a procesos mucho más rápidos que nos permitirán llegar a nuestros objetivos. Desarrollar esta habilidad permite identificar relaciones entre distintas variables para intentar encontrar causas y así predecir ciertos resultados. ¿A poco no te gustaría tener mayor certeza de lo que ocurrirá?
Quizás al principio sea difícil, es una habilidad que se aprende y que es posible perfeccionar con el apoyo de estrategias pero a través de la práctica esta habilidad se activará de manera automática.
Como conclusión el pensamiento lógico-matemático no se refiere únicamente a los números, puedes practicar con un simple debate en casa o con los amigos en un bar, mide tus resultados y sigue practicando.
Me resulta interesante escuchar a las personas hablar sobre la inteligencia. Pareciera, que la concepción que tenemos sobre esta habilidad es relacionada a su innata naturaleza y limitada oportunidad para desarrollarla. Si bien, el concepto de “inteligencia” se ha vuelto más amplio desde el siglo pasado con la aparición de la teoría de inteligencias múltiples, la connotación -mayormente negativa- que gira alrededor de la inteligencia lógico-matemática no ha cambiado mucho.
Es común encontrar en nuestro camino personas que utilizan frases como “Lo mío no son los números”, “estudié esa carrera por que no tenía matemáticas”, “no sé por qué nos enseñan eso en la escuela, jamás lo aplicaré”, “definitivamente no es lo mío, las humanidades son más sencillas”, entre otras frases que seguramente has escuchado.
Sin embargo, la inteligencia lógico- matemática más allá de ser fórmulas y números, es el principio para “aprender a pensar” y una de las características del pensamiento desarrollado, lo que me lleva a afirmar que es una habilidad necesaria para el éxito.
Probablemente en este punto he perdido el interés de algunos o quizá herí a otros, pero antes de iniciar este debate, me gustaría explicar el porqué de mi hipótesis.
Esta inteligencia se caracteriza por la resolución de problemas a través de las relaciones que encontramos entre números, además de requerir el uso de normas de sistemas formales. Aunque nuestras experiencias remiten sensaciones como la angustia al presentarnos números y tener que resolverlos con una fórmula que probablemente no entendemos, estos ejercicios, que desde nuestra infancia marcaron, en su mayoría, un desagrado para gran parte de la población (al menos en México), son los principios para ordenar nuestros pensamientos, reconocer conexiones y predecir comportamientos, es decir, pensar de una manera más análitica y un poco más coherente.
Es bueno destacar que el éxito es la suma de múltiples variables, y que definitivamente, no existe una fórmula exacta. No obstante, pensar de una manera más ordenada nos llevará a procesos mucho más rápidos que nos permitirán llegar a nuestros objetivos. Desarrollar esta habilidad permite identificar relaciones entre distintas variables para intentar encontrar causas y así predecir ciertos resultados. ¿A poco no te gustaría tener mayor certeza de lo que ocurrirá?
Quizás al principio sea difícil, es una habilidad que se aprende y que es posible perfeccionar con el apoyo de estrategias pero a través de la práctica esta habilidad se activará de manera automática.
Como conclusión el pensamiento lógico-matemático no se refiere únicamente a los números, puedes practicar con un simple debate en casa o con los amigos en un bar, mide tus resultados y sigue practicando.
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